Lunes, 4 de marzo de 2013
Nota: en cartas
anteriores dimos un pantallazo sobre emociones, principios, valores, proyecto
político, etc. Cuestiones que marcan “desde donde” y “para que” militamos en
política. Con esto damos por tierra con la definición que señala que la
política se reduce a “la lucha por el Poder” y nada más. Ese concepto, que
hasta el día de hoy prevalece en tantos sectores, es la fuente de corrosión y
corrupción de una de las actividades más nobles. Ocurre que también es falso
que la política sólo sea “expresión de buenos deseos”.
Alcanzar
lugares donde se multiplica el Poder de las personas y las organizaciones es
una tarea irrenunciable de un Partido Político. Alcanzado ese lugar es
importante tener en cuenta varias cuestiones. La primera es saber que ningún
“Poder” es absoluto, que nunca los recursos son infinitos y que el factor
“tiempo” es un condicionante. Por lo tanto se torna necesario establecer
prioridades. A partir de esta carta empezaremos a presentar propuestas para ir
definiendo un plan 2015/2019; avanzando desde borradores a materiales
enriquecidos con debates, más información y nuevas propuestas. Ahora
definiremos el primer tema que debería abordar un nuevo gobierno en la Argentina y al cual en
casi 4 horas de discurso en la apertura de sesiones ordinarias Cristina
Kirchner, no hizo ninguna mención. MM.
Carta 10.- A los jóvenes.
“Atender
a los jóvenes que no trabajan ni estudian.”
El
joven que piensa y trabaja es optimista; acera su corazón a la vez que eleva su
entendimiento. No conoce el odio ni le atormenta la envidia. Cosecha las flores
de su jardín y admira las del ajeno. Se siente dichoso entre la dicha de los
demás. Ríe, canta, juega, ama,…..de Las Fuerzas Morales. José
Ingenieros.
Esta
frase expresa la realidad de un conjunto importante de jóvenes y exhibe un
ideal. Hoy, sin embargo, un conjunto muy grande de adolescentes y jóvenes
deambulan sin ton ni son, sin saber muy bien ¿Qué hacer con sus vidas?
La
sociedad en la que crecimos los que tenemos más de 10 lustros fue la sociedad
industrial. La cultura del trabajo, el cumplimiento del horario, la disciplina
laboral y el orgullo de hacer bien la tarea encomendada nos daban contención y
la posibilidad de desarrollar no sólo nuestras aptitudes profesionales; sino
nuestras apetencias deportivas, culturales, recreativas, amorosas. El trabajo
como columna vertebral del orden industrial. Con la reconversión tecnológica y
productiva que vivimos los últimos años, esto sigue siendo la realidad de un
sector. Pero ¿Qué pasa con el millón de adolescentes y jóvenes que no trabajan
ni estudian?
Son
jóvenes que el sistema no necesita para el empleo, para los cuales no hay un
lugar determinado en el que se puedan realizar como personas mientras avanzan
hacia la adultez. Algo así como escoria social a la que algunos le asignan la
responsabilidad por la inseguridad reinante y la expresión del vicio.
Nacieron
en los años de reconversión neo-liberal, donde al tótem de la eficiencia se le
entregaban las vidas humanas. Donde millones perdieron el trabajo y pasaron a
engrosar el cordón de las grandes ciudades, las villas, el margen. Con
problemas habitacionales, hacinamiento en el interior de la casa y falta de
buena estructura fuera de ella. Aunque en los últimos 10 años mejoró la
situación, el proceso se sigue reproduciendo. Por ejemplo con el monocultivo de
soja que desplaza poblaciones enteras o las acorrala en pueblos pequeños de los
cuales los jóvenes emigran buscando otros horizontes, de nuevo, alrededor de
las grandes ciudades.
El
problema no está circunscripto a un lugar determinado y a una determinada clase
social. Abarca a toda la sociedad. Pero toma sus formas más dramáticas en las
barriadas pobres y en la clase con menores ingresos. Son jóvenes que no se
mantienen ni en el sistema educativo ni en el laboral.
“Los
datos disponibles para la
Argentina indican que un 51% de los jóvenes que no estudian
ni trabajan provienen del quintil más bajo de la distribución de ingresos. Este
porcentaje sube al 77% si se incluye el quintil siguiente. Este es el grupo que
está expuesto a un mayor riesgo de caer en la trampa de la violencia, la
criminalidad y la adicción a las drogas”
Daniel
Arroyo sostiene que a los problemas antes señalados se suma: “…las
adicciones y el hacinamiento: el ciclo en los grandes centros urbanos es un
joven que comienza estando hacinado en la casa, se va a la esquina porque hay
más lugar y mejores condiciones, en la esquina comienza a consumir porque todos
consumen y así empieza a endeudarse. Rápidamente ese joven no sólo tiene un
problema de salud y adicción, sino que también tiene un problema económico que
hace que alguien se le acerque para ofrecerle cualquier cosa a cambio de
cancelar la deuda…..A ello debe agregarse el alto porcentaje de embarazo
adolescente que reproduce nuevamente el esquema de hacinamiento y vuelve a
complicar las cosas”
Patricio Millán Smitmans
(Profesor en la Facultad
de Ciencias Económicas de la Pontificia Universidad Católica Argentina)
coincide en el diagnóstico. “El hecho de que 1 de cada 4 jóvenes no estudie
ni trabaje (jóvenes ni-ni) tiene enormes consecuencias sociales y compromete el
futuro del país. En primer lugar, es un elemento que alimenta el círculo
vicioso de la pobreza. La mayoría de estos jóvenes pertenece a los estratos más
bajos de la distribución de ingresos y no ha terminado el secundario, por lo
que tienen pocas posibilidades de encontrar un empleo decente y bien remunerado
y de salir de la pobreza en el futuro. Por otra parte, son jóvenes que en
general carecen de un proyecto de vida y de un ámbito familiar adecuado para su
desarrollo personal. Estas características y el desarraigo que experimentan del
mercado laboral y de la educación, los hace propensos a la delincuencia, la
violencia y el consumo de drogas.”
El desempleo juvenil
cuadruplica la tasa general de desocupación. Además el empleo que prevalece es
informal, transitorio y en negro. Todo muy grave.
El
diagnóstico, la simple descripción de lo que está pasando merecería un libro y
excede la formulación sintética que damos a nuestras cartas. Sin embargo antes
de emprender una propuesta podríamos formularnos algunas preguntas: Al margen
de sus condiciones materiales, este millón de adolescentes y jóvenes ¿No nos
estarán queriendo decir algo que no entendemos? ¿Aman la vida? ¿Cuál es la
relación con su familia? ¿Y con sus amigos? ¿Cómo ven y construyen su futuro? ¿Cuáles
son sus ilusiones? ¿Se asignan algún rol frente al cambio social en curso?
¿Creen en los políticos o los partidos políticos? ¿Tienen confianza en las
instituciones del Estado? ¿Observan a la educación y la capacitación como
fuentes de una vida más plena? ¿Aspiran a tener un trabajo de calidad y estable
a partir del cual organizar sus vidas? Con estas preguntas intento responder a
la más importante ¿Cuál es el sujeto social para la resolución de este drama
continuo? Los mismos adolescentes y jóvenes. Sin su activa participación, con
la carga de trabajo, tiempo y energía que eso implica para los mayores; no
habrá solución.
En
2012 el Estado argentino otorgó el derecho al voto a los
adolescentes de 16 a
18 años. Muestra preocupación por ellos como electores ¿Se ocupa de ellos como
personas en formación? Es cierto que hay planes y destina recursos ¿Tienen la
intensidad y la prioridad que la situación requiere?
Las
familias muestran dificultades para encaminarlos. ¿Reconocen que es un
problema que tiene solución? ¿Están preparadas para resolverlo? ¿Saben como
enfrentar la situación?
Las
empresas grandes o pequeñas no
requieren una enorme cantidad de personal. Los jóvenes que incorporan son
aquellos que están mejor preparados, con más altos estudios y mejores
calificaciones, que viven cerca del trabajo y eluden, razonablemente, a quienes
pueden ser fuente de conflicto, problemas e ineficiencia. ¿Estaría en las
empresas la solución?
El
sistema educativo retiene un buen número de estudiantes. Pero cada día la
deserción se torna en un problema creciente. Comparaciones con otros países de
América Latina, muestran un permanente retroceso en la contención y promoción
de los niños y los jóvenes. “Este deterioro está claramente manifestado
al comparar los resultados de los últimos años en los exámenes internacionales,
como el Programme for International Student Assessment (PISA).” También
en el área educativa se observa un presupuesto en crecimiento en relación al
PBI. Pero las clases no comienzan por paro docente. A todas luces necesitamos
una reforma integral del sistema empezando por la primaria, la secundaria y los
niveles superiores. ¿Alguien cree que este año o en los próximos 10 este
sistema puede ser parte de la solución al problema?
Los
sindicatos. La lucha gremial se ha circunscripto a los asociados. Es decir,
mayoritariamente, a los que tienen un trabajo en blanco. La lucha salarial y
por las condiciones laborales toma toda su centralidad ¿Tienen resto para
asumir problemas que van más allá de la esfera de su incumbencia?
Las
asociaciones libres del pueblo. Los clubes y las sociedades de fomento (donde
se practican deportes), los centros de jubilados, diversas asociaciones, ¿Están
en condiciones de hacerse cargo de este sector juvenil –generalmente
conflictivo-?
Los
centros de estudiantes ¿Han tomado este problema como uno de sus objetivos?
Las
nuevas tecnologías ¿No resultan en un arma de doble filo, que sólo la cultura
puede resolver para su buen uso?
El
narcotráfico. Crece día a día. Su desarrollo es permanente. El crimen
organizado, que en la era de la información y las comunicaciones se ha vuelto
global, avanza en la
Argentina. Su penetración hizo metástasis sobre la policía,
el Poder Judicial y la
Política. A esta corrupción debe sumársele: que tiene dominio
territorial, fuerte arraigo en sectores sociales, una alianza implícita con los
consumidores de todas las clases sociales, un entendimiento con el sistema
financiero formal o informal, un contubernio con el poder económico (que no le
interesa saber de dónde provienen los fondos), la complicidad por corrupción,
ineficiencia o temor de los órganos de control del Estado y finalmente el
desarrollo de una cultura anti-rati, anti-careta, anti-sistema, con símbolos
propios que no busca la elevación de las personas en sentido clásico, sino la
sobre-valoración de vivir el momento, por sobre cualquier proyecto que
signifique concentración y esfuerzo sostenido. Es decir que para muchos jóvenes
“hay alternativa”. ¿No resulta absurdo pensar en combatir el narcotráfico en la
dimensión diminuta que los estupefacientes hacen daño a la salud?
Necesitamos
un plan integral para resolver este problema. La sociedad, todos y cada uno de
nosotros debe poner un plus para llegar a buen puerto. Plan, trabajo, tiempo,
energía. No saldremos de esta situación desde la indiferencia, la desidia o la
desatención.
Quien
debe ponerse a la cabeza de esta lucha es el Estado Nacional. El plan debe ser
elaborado con la participación de todos los actores antes señalados: los
adolescentes y jóvenes, las familias, el sistema educativo, los partidos
políticos, las empresas, los sindicatos, las asociaciones deportivas, las
entidades intermedias de la sociedad, los centros de estudiantes. Debe ser una
de nuestras grandes causas nacionales. ¿Acaso alguien no ve que nos jugamos el
futuro de todos en la resolución de este drama? ¿No vemos como se han degrado
en nuestra América algunas sociedades y ciudades en particular? ¿No observamos
cómo crece entre nosotros la violencia y la confrontación social? ¿No
entendemos la necesidad de lograr un gran entendimiento en torno a este enorme
problema?
Educación
y Trabajo. Trabajo y Educación. La aventura del conocimiento y la creación.
Cultura, Arte y Deporte. Simple. Los adolescentes y jóvenes eligen los caminos
razonablemente, dentro de los cursos de realidades y acontecimientos que los
circunscriben. Si abrimos buenos caminos los elegirán.
A
las políticas en general, debemos sumar las políticas personalizadas. Cada
adolescente o joven es alguien a quien debemos atender en sus propias
particularidades para que encuentre la manera de realizarse en la vida virtuosamente.
Formar para la vida es intentar que desarrolle todas sus potencialidades. Es
formar para el trabajo manual e intelectual.
Las
salidas laborales posibles para quien vaya asumiendo la adultez son las
provenientes del conjunto de trabajos útiles que realiza la sociedad: en la
industria, la producción agropecuaria, los servicios, etc. Ámbitos existentes
en el marco de empresas, cooperativas, el Estado, etc.
Y
cuando todo eso no alcance hay que inventar nuevos trabajos. La obra pública en
la construcción de infraestructura, de viviendas o en la creación de nuevas
ciudades en hermosos lugares de nuestro territorio con todo lo que esto
implica, son alicientes para encauzar la vitalidad, el vigor, las energías y la
capacidad transformadora de los jóvenes.
Sé
por experiencia propia que los jóvenes necesitan de los mayores. Y reconozco
que los mayores sólo podemos darle trascendencia a nuestra existencia en la
expectativa que la vida se re-significa por la existencia de nuestros hijos y
las generaciones que nos siguen. También sabemos que mejorar el futuro es
posible. Y la ejecución de un proyecto político es eso crear las condiciones
para un buen vivir, para una buena vida. Aunque en la Argentina hoy la estemos
hipotecando.
Mario
Mazzitelli.
Sec.
Gral. Nac. del PSA (Argentino)
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