viernes, 13 de septiembre de 2013

Carta 3 - "Elecciones y realidad."

Lunes 4 de febrero de 2013. Carta 3
A los jóvenes
"Elecciones y realidad."

                                               Muchos de ustedes se enfrentarán por primera vez con el deber de ir a votar. Otros lo habrán ejercido ya en más de una oportunidad. En cualquier caso deben saber que este pequeño instrumento democrático que es el voto, contado por millones en nuestra actual sociedad de masas, es una conquista del pueblo. Si fuera por los sectores aristocráticos y oligárquicos el sufragio universal no existiría. Las luchas históricas en nuestro país y el mundo son una prueba incontrastable. Por eso hay que valorarlo en su justa medida y preservarlo de todos los intentos por descalificarlo.
                                               Para ponerlo en su justo lugar, en un primer análisis, podemos decir que  la realidad integral (económica, social, cultural, ambiental, el mundo que nos rodea) existe con independencia del resultado de una compulsa electoral. Es decir que hay una realidad objetiva (situación política internacional, desarrollo de las fuerzas productivas, de la ciencia y la tecnología, del comercio, etc.) y subjetiva (principios y valores dominantes, creencias generalizadas, etc.) que es ajena a las personas que integraran un próximo gobierno. Luego podemos completar el análisis diciendo que: el ejercicio del sufragio genera un nuevo escenario, que se entiende al agregar al escenario el Poder Político naciente, con los cambios y la dialéctica que desata sobre esa realidad.
                                   De esta manera, tomando esos dos momentos del análisis, podemos señalar que: cuando el pueblo elije una nueva dirección política para el Estado sabe que el mayor cambio en un primer momento se produce en el mundo de lo simbólico, lo espiritual, lo político. Es sencillo entender que el día en que un presidente con mandato cumplido, entrega los atributos presidenciales (la banda y el bastón) al presidente  recientemente elegido, poco ha cambiado en la realidad de una sociedad de masas. El punto de partida para un nuevo presidente de izquierda o de derecha, popular o aristocrático, socialista o conservador, es el mismo.
                                               Pero a partir de ese mismo momento toda la influencia del Estado, todavía esa gigantesca herramienta de cambio, comenzará a operar en una u otra dirección. Allí comenzará a notarse la diferencia entre unos y otros. Nada de lo que resuelva el Gobierno resultará indiferente para el Pueblo, para la mujer y el hombre de a pie. Tampoco para los ricos, por eso su formidable interés por mantener sus influencias en las altas esferas del Estado.

                                               En la elección para cargos públicos electivos, el Poder está en la mujer y el hombre de a pie; porque es la mayoría la que empodera a sus gobernantes. Elegir bien, regular o mal, no es indistinto. Resulta entonces la gran pregunta: ¿Qué debería tener en cuenta el Pueblo para definir su voto?


No caer en trampas.  
                                               Regularmente se dice que: si la situación económica luce buena, el pueblo vota oficialismo y si no anda bien, vota oposición. Si bien a grandes rasgos esto lo podemos corroborar a lo largo de la experiencia del ejercicio del sufragio universal, debemos señalar que esta simplificación es interesada.

                                               Un conjunto grande de fuerzas e intereses se mueven detrás de una elección. Luchas importantes que mayormente pasan inadvertidas para la mayoría popular que tiene que poner su cabeza, su tiempo y su atención en trabajar, mantener el hogar, cuidar a los chicos. Pero esas fuerzas, entre las que se destacan los Poderes Económico Nativo y Extranjero, serán determinantes a la hora de generar climas de campaña, influencia a favor de un candidato, recursos para la propaganda. Por eso quieren simplificar la situación, para influir de manera determinante en la elección; dado que, la mayor parte de las veces ayudan a elegir al Jefe del Oficialismo y también al Jefe de la Oposición. Oficialismo y Oposición de un mismo “sistema”. Lo que el Poder quiere, en todo tiempo y lugar, es que no se discuta el “sistema”; del que ellos resultan principales beneficiarios.
                                               Una conclusión de base es que: el Pueblo no debe tener la misma lógica que el Poder. Debe intentar buscar otros parámetros a la hora de tomar una decisión. Y aunque a través de la simulación y el engaño el Poder intentará meterse dentro de esos parámetros, las posibilidades de éxito se correrán cada vez más en favor de la mayoría.

Buscar nuevos caminos.
                                               Más allá del número de personas que puedan leer estas líneas, y que “muchos aconsejan no dar consejos”;  propongo  para el debate los siguientes elementos que deberíamos tratar de conocer y tomar en cuenta frente a la elección de un candidato.

Sus sentimientos.
                                                 Estos quedan de relieve en la trayectoria de la persona. Si son nobles, solidarios, altruistas, si dedicó su vida en el ejercicio de la cosa pública a los demás; o por el contrario se trata de una persona que antepone sus intereses individuales, es egoísta o irresponsable.                                           

Sus Utopías

                                                 Lo que vulgarmente se llama “ideología” del dirigente. El proclamado “fin de las ideologías” durante los 90, quiso decir el “fin de la utopía”. Habíamos llegado al “paraíso neo-liberal de mercado” y ya no tenía sentido buscar nada superior. Era la cumbre. Esto era cierto para los ricos, pero millones y millones de jóvenes y trabajadores vieron destruidas o frustradas sus vidas. Sin trabajo, sin estudio, sin futuro. La rebelión (en 2001 en Argentina) demostró que no habíamos llegado a ningún “Edén”. Que para la mayoría nos habíamos acercado peligrosamente a los “infiernos” del Dante. Y la utopía volvió a nacer. Aunque pocos dirigentes la presentan con claridad y sinceridad.

Sus planes

                                                Con los que pretende llegar al lugar deseado. El ideal, la utopía, como dice Eduardo Galeano, nos ayuda a caminar en determinada dirección. Pero el camino (en el que realmente vivimos todos los días) resulta de la intersección de la realidad heredada y la intervención de los planes concretos. Los programas de gobierno cayeron en descrédito en Argentina por dos circunstancias: a.- La mentira. Dijo Menem: “si hubiera dicho la verdad sobre lo que iba a hacer, no me votaban”. Conclusión: para lograr votos se dice una cosa y para gobernar se hace otra. En ese caso el programa de gobierno no tiene ningún valor. b.- Porque se plantean generalidades, sin especificaciones, ni compromisos concretos. Prevalece la improvisación en la acción de gobierno. Ycuando el Estado improvisa, las grandes corporaciones privadas planifican y sacan ventajas. De manera que también existe una “improvisación interesada”. Nosotros vamos a presentar nuestros planes.

Su capacidad

                                                 Para construir poder político, para hacerse de la dirección del Estado en forma democrática y ejecutar los planes en cuestión. Quien carezca de este “don” o “capacidad” no estará en condiciones de hacer realidad las mejores intenciones.
                                              
Su Talento
                                                 Imprescindible para la conducción política. Hacer confluir los diversos factores y las distintas fuerzas en torno a los objetivos populares y nacionales que se hayan definido, requiere conocer el arte de la conducción política democrática.

Su voluntad

                                                  Nadie impone su voluntad en un 100%. Y esto hace que muchos se caigan ante el primer impedimento. Se hacen excesivamente realistas. Pragmáticos a ultranza. Casi cínicos. Hasta abandonan la lucha, incluso usufructuando cargos públicos. En cambio buscamos a los que son perseverantes porque tienen convicciones profundas y cuando hacen cambios porque lo aconseja la realidad, mantienen intactos sus principios. Manifiestan con energía sus convicciones para llevar adelante el proyecto comprometido.

                                               Sentimientos, utopías, planes, capacidad, talento y voluntad; antes de una elección ¿alguien se atreve a realizar este análisis? No es lo más importante. “Todo pasa y todo queda”. Siempre algo queda. Y en algo mejoramos.


Mario Mazzitelli.
Sec. Gral. Nac. del PSA (Argentino)


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